viernes, 16 de febrero de 2007

HIstoria de Estados Unidos (Expansionismo)


EXPANSIONISMO EN EL SIGLO XIX

Durante toda la historia estadounidense han surgido frases muy conocidas que hasta el día de hoy todavía se escuchan. Una de estas frases es la que presentaba la famosa Doctrina Monroe. La frase establecida por esta doctrina lo fue “América para los americanos”. Esta fue presentado durante un discurso del presidente de la época de los Estados Unidos, James Monroe. Después de la guerra de 1812 en la que la nación estadounidense se defendió de una invasión inglesa esta frase fue la orden del día. El presidente deseba plantear bien claro ante todo el mundo que ninguna nación debía intervenir en América si no era del mismo continente. Pero esta frase tenía otras implicaciones. América Latina se acababa de independizar de España y países como México presentaban una gran inversión para los Estados Unidos. Esto quiere decir que si ninguna nación europea intervenía en América los Estados Unidos se convertiría en el protector de las demás naciones recién creadas. Esto implica que cuando el presidente decía “América para los americanos” no se refería a que todo el continente le pertenecía a los americanos del norte, centro y el sur sino que le pertenecía a los Estados Unidos y eran estos los que debían establecer la política económica continental.

Destino Manifiesto

Por otro lado para los años cuarenta del mismo siglo XIX se establece otra frase o política parecida a la Doctrina Monroe. A ésta se le llamó “El destino manifiesto”. Esta frase expresaba que el destino de los Estados Unidos era expandirse desde la costa este (Océano Atlántico) hasta la costa oeste (Océano Pacífico).Por supuesto, debemos recordar que para esa fecha México gobernaba todo el territorio de California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Colorado y Utah por lo que los Estados Unidos para lograr llegar al Pacífico debían comprarle estos territorios a México o arrebatárselos a la fuerza. La historia nos demuestra que la solución final fue la fuerza, pero ¿por qué?